Tláloc es una deidad importante en la mitología mesoamericana, específicamente en la cultura mexica (azteca) y en otras culturas precolombinas de la región, como la tolteca y la teotihuacana. Se le considera el dios de la lluvia, el agua y la fertilidad, y su influencia se extiende sobre la agricultura y el ciclo de las estaciones. Su culto era fundamental para asegurar buenas cosechas y evitar sequías y calamidades naturales.
En relación con el cacao, hay evidencias que sugieren que Tláloc tenía cierta conexión con esta planta sagrada. El cacao era una bebida de gran importancia en las culturas mesoamericanas, consumida en ceremonias rituales, eventos sociales y como ofrenda a los dioses. Tláloc, como deidad relacionada con la fertilidad y la agricultura, estaría vinculado simbólicamente con la producción y prosperidad de los cultivos, incluyendo el cacao.
Además, en algunos registros pictóricos y textos, se han encontrado representaciones de cacao junto con imágenes de Tláloc, lo que respalda la idea de una conexión entre el dios y esta planta. Se cree que el cacao también estaba asociado con el sustento de los dioses, y su consumo podía ser una forma de honrar a Tláloc y de solicitar su favor para obtener lluvias beneficiosas para los cultivos.